Millie Bobby Brown. TELEQUINESIS Y GOFRES
Cuando conociste a Millie Bobby Brown, tu primera imagen fue la de una niña de 12 años con el pelo rapado que estaba siendo víctima de intrusivos experimentos cient.fi cos en la primera temporada de Stranger Things. Poco imaginabas entonces que esa chica de mirada afilada, con su vestido rosa y peluca rubia, estaba a punto de convertirse en icono audiovisual indiscutible del año —con una cabeza rapada capaz de robarle protagonismo legendario a la de Charlize Theron como Imperator Furiosa, nada menos— como la telequinética más famosa de Netflix.
La serie de ciencia ficción fantástica y nostalgia ochentera creada por los hermanos Duffer se convirtió casi inmediatamente en uno de los buques insignia de la gigante plataforma de contenido. Este verano, el estreno de la tercera temporada coincidir. con la primera aparición cinematográfica de Brown, en la superproducción Godzilla: Rey de los monstruos, secuela de Godzilla (2014) que pavimenta el combate del lagarto japonés con King Kong, enfrentando al famoso kaiju a adversarios clásicos como Mothra o King Ghidorah. La joven actriz interpreta a la hija de los personajes de Vera Farmiga y Kyle Chandler, pero ella es la m.s experimentada en el terreno de lidiar con monstruos tentaculares de otra dimensión.
Su encarnación de Once, una niña con poderes mentales que se une a una pandilla de chavales para enfrentarse a una criatura de otra dimensión en Stranger Things, la convirtió en un fenómeno artístico y mediático. Ahora, para su salto a la gran pantalla, vuelve a la caza de monstruos, pero esta vez con la ayuda del reptil gigante más famoso de la historia del cine: Godzilla. Repasamos la breve y ascendente trayectoria de esta actriz de tan solo 15 años.
Aunque el talento para la interpretación parezca un don innato en Millie Bobby Brown, resulta que ella nunca se había sentido especialmente atraída por el mundo de la actuación. “Me preguntan muy a menudo cuándo fue la primera vez que quise ser actriz, pero nunca sé qué contestar. No he hecho obras escolares, ni siquiera funciones navideñas”, declaró en Vogue.
Una vez que Stranger Things salió a la luz ya no hubo duda: Millie Bobby era una actriz genuina, llena de intuición y con la dosis justa de cerebralidad para hacerse notar ante la cámara. Nació en Marbella de padres ingleses, que no tardaron en mudarse a Dorset (Reino Unido), y más tarde a Orlando (Estados Unidos), cuando tenía 8 años. .Mis padres son alucinantes. Gran parte del lenguaje corporal de Once viene de ellos, me ayudaron muchísimo ., recordaba también en Vogue. De la experiencia del huracán Stranger Things, además de una tonelada de nominaciones a premios de interpretación —dos de ellas en los Emmy— y de convertirse en una presencia ubicua en medios de comunicación, Brown también se llevó. un grupo de amigos de por vida: sus compañeros de reparto Gaten Matarazzo, Caleb McLaughlin y Finn Wolfhard. Juntos han recorrido alfombras rojas y orquestado sus perfi les de Instagram prácticamente como extensiones de la fama de sus personajes. No obstante, si hubiera que definir una bestie de Millie Bobby Brown sería otra supernova del entretenimiento adolescente: Maddie Ziegler, la actriz y bailarina de los videoclips de Sia (Chandelier, Elastic Heart).
Estas conexiones sociales, así como la intervención estelar en videoclips de Sigma, Th e xx, Maroon 5 o Drake ha asegurado para siempre la presencia de Brown en los medios juveniles y el interés endoscópico de la prensa rosa. Pero la actriz, que en 2019 ha cumplido 15 años, maniobra con soltura para evitar convertirse en un hiperacelerado juguete roto de Hollywood versión generación Z. La revista Time la ha elegido como una de las cien personas más influyentes de la actualidad y, quizás mas significativamente, UNICEF la ha nombrado Embajadora de Buena Voluntad, siendo la persona más joven en obtener el cargo. Si queremos que alguien nos represente ante Godzilla, es ella.
POR DANIEL DE PARTEARROYO. DECLARACIONES EXTRAÍDAS DE VOGUE.